Tjukurpa

netbook. Libro experimental. Film. Documental. Performance. Música... cr∞er. Este proyecto es autobiográfico y biodegradable. En él, hay incluidas historias escritas, cuentos, poemas, vómitos y ficción, para qué en su desarrollo, la bio solo sirva para su propósito. Algo que explicar.

martes, 28 de diciembre de 2010

35> Ivraie //...(Final 1 Temporada)

- Para flipar macho. Te lo juro. Ayer estuve navegando de un lado a otro hasta dar con una Web de modificación corporal extrema de Japón. Tendrías que verlo. Yo creo que me han hecho viejo a los treinta y siete. ¡Joder! Implantes quirúrgicos de anillos y puntas de acero dentro de la puta piel. Lenguas partidas como si fueran una serpiente. ¿Sabes que hasta la polla se la parten en dos?
-  Esos ya tienen solucionado el problema de relleno de dos agujeros a la vez.
-  Si macho. ¿No creerás de verdad que se empalme por doble? ¡Que coño! Si también se deforman el cuerpo como un alíen salido de la mente de un perturbado o se amputan los dedos de las manos para colocar un implante de metal. Y no tiene nada que ver con una prueba de honor y fidelidad de un yakuza marcado por su clan.
-  Unos lo pierden y otros se lo quitan por gusto.
-  ¿Lo puedes creer?
-  Mira Juan. Estamos con mierda hasta el cuello. Nos están presionando por todos los lados. Ahora mismo me preocupo por reunir todos los jodidos restos de estos cuerpos. ¿Cómo podían vivir con tantas cucarachas? Qué puto asco.
- Para ascos échale una mirada al cuerpo de la mujer que encontramos debajo de los escombros. Yo diría que estaba muerta antes de que se le cayera el techo encima. Espera. Por ahí viene el detective Barroca.
-  Hola Romeo.
-  A la mierda Barroca. Conmigo atente a notificarme lo que sepas de nuevo del caso.
- Perdone…… Señor Pedro.
- No, si…
- Mirar, si os sirve de algo, ayer noche asesinaron de un disparo al dueño de un bar de aquí al lado. El arma homicida pertenecía al muerto y hemos encontrado huellas en la escopeta que no le pertenecen. ¿No se si habéis encontrado algo sospechoso en los restos de estos cuerpos?
-  Míralo tu mismo - Guié al detective, junto a Juan, de vuelta a los escombros.
-  ¡Joder!- exclamó Barroca- Había visto mucha mierda por el Raval, pero ¿de donde coño salen tantas cucarachas?
- Eso no es lo peor. Nosotros diriamos que eran tres mujeres. Aunque estamos aún lejos de certificarlo. Hay restos de muchos más.
- ¿Cuantos?
- Ya te digo. De momento te puedo decir, que de los más frescos, hay tres. Y son mujeres. Eran.

»A comienzos de 1981, un californiano de paso en París le dijo que estaba buscando grupos para hacer un CD de heavy metal en homenaje a Charles Manson. Decidió probar suerte una vez más. Vendió todos los estudios, cuyo precio se había cuadruplicado, y se fue a vivir a Los Ángeles. Para entonces ya tenía treinta y un años, oficialmente veintinueve; seguían siendo demasiados. Antes de presentarse a los productores norteamericanos, decidió quitarse otros tres años. Físicamente, era perfectamente posible echarle veintiséis.«

Se apoderaba de mí un ansia indescriptible por evaporarme, por no sentir nunca más el dolor y el hambre física que no podía colmar debido al insomnio y el cansancio consecuente. Mi mente se desperdigaba en el aire como cuando éramos uno y multitud; pero sin serlo. Y este nuevo confinamiento no albergaba ningún resquicio de poder soportar la presión.
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lunes, 27 de diciembre de 2010

34> Todo final tiene un principio, y todo principio...

La llovizna hace rato que parece haber cesado.
Lucinda mira de nuevo esta ciudad pero la ve como si fuera una extraña.
No sabe como, pero ha vuelto de alguna forma. Se deja caer lentamente apoyada en una columna hasta quedar sentada sobre el pavimento con la mirada desolada. Mira alrededor y recuerda perfectamente la Plaza Real como si no hubieran pasado ni cinco segundos desde que estuvo aquí por última vez. El sonido entonado de un acordeón aparece relajado en sus oídos como regalo de nuevo nacimiento. Al acabar una melodía vestida de ternura sin consuelo, el músico, un hombre de ojos cansados y con una barba llena de canas, no puede sino ofrecerle una canción a la lágrima que asoma por Lucinda.

     - Te voy a cantar mi tanguillo de soledades - dice apretando las teclas otra vez con suavidad e inquieta armonía.
< Recuerdo su mirada. En mi mente. Lucinda está en su mente, o posiblemente en la mía. Y él es mi padre. O el recuerdo de él en un imaginario futuro abstracto. >

"El chuloputas quiebra la esquina del desespero
todas trabajan para él
sus manos rascan el fondo de sus bolsillos
hoy no es la noche
y tampoco lo fue ayer
Maria tiene solo dieciséis años
y su embarazo es producto de la estupidez
ahora sujeta la farola
dando sombra a sus seis meses
y esperando que se acorte el tiempo
silba canciones recordadas en la niñez.

En un rincón, de pie, fumando
Dolores, el travestí de la edad de oro
viste de extremo encaje y tacones altos
bragas  sabor a miel  y largas uñas rojo pardo
moratones en su cara
sus piernas rajadas
con el cuerpo maltratado
y una navaja con el nombre del cabrón.

Un borracho sale del bareto
con la botella de aguardiente bajo el brazo
dando gritos que les recuerda el hastío
de las noches que han pasado en blanco
muy de pronto la Virgen se le aparece
y señala con censura su embriaguez
y el borracho vocifera ¡pelotuda!
vive aquí abajo y me cuentas tu amargura.

No hay solo un rostro
enculado por la angustia
melancólica memoria
del buen tiempo ya pasado
y aunque el dolor no desaparece
ni gritando a viva voz
esta perra vida enseña
a engañarlo con amor."

       Al acabar la canción, Jordi ve a la gente marcharse dejando unas solitarias monedillas en el fondo de su estuche. También la triste mujer se ha perdido en la lejanía del bullicio urbanita y siente no poder alargar más un pésimo día que no le ha traído mas que para un carajillo.

      Su adorado menudeo musical se esta convirtiendo en una mala espina clavada en la espalda, con el dolor de una estocada que ya no le lleva a ninguna parte. Su voz se distingue por la melancolía cansada de sus recién cumplidos veinte años de calle en calle y tristezas reunidas de par en par.
      En otro tiempo, Jordi se codeaba con lo más pretencioso y refinado de la sociedad, navegando en un mundo de pantomimas recreadas en el lujo y la satisfacción del suponerse por encima de lo normal. ¿Que es normal en este ridículo mundo?- pregunta siempre. Lo que antes era normal para él, ahora le resulta de un desagrado especialmente repugnante y fuera de lugar. Aprendió colgándose su instrumento en los hombros que lo normal varía desde el punto de vista con que se mira, o se vive.
      Malas lenguas atraviesan pequeños muros que ha ido edificando desde su muerte. Nota como se descompone en pliegues inconscientes de andar arrastrando una cordura cada vez más incapaz de sostener un pensamiento cercano a la lucidez. Sus paseos posteriores por los psiquiátricos, no hicieron más que refugiarlo en su interior.
     Furtivamente de su Yo, adquiere tonalidades insospechadas, frecuentando bares de mala muerte en los que encierra sus voces tras la niebla del alcohol. Atrayentes de locura ciega y mordaz sanguijuela que lo aposenta en el terreno abismal de una contracción mental.

Recuerdo una mañana de invierno en especial. Me levanté con los ojos pegados, como de costumbre, por las “enriquecedoras” pastillas que nos  cebaban. El aire era del mismo olor nauseabundo de siempre, una mezcla de antiséptico y de químicos a través del sudor. Tras la ventana enrejada podía disfrutar de una blanca metamorfosis del parque cercano. Había nevado esa noche dando un estado metafórico de virginidad a la ciudad. Las enfermeras se paseaban con los ojos bien abiertos, como si llevaran dentro del cuerpo tres rayas de speed mañaneras, dándonos indicaciones de proseguir con la rutina diaria para no llegar tarde al almuerzo y el posterior reparto del medicamento. Abrí la ventana para que entrara el frío aire purificador de entrañas, al menos las mías en ese momento, y percibí una rara e increíble falta de presencia. A mi lado, justo a tres camas a mi izquierda, pude ver al mercader de sueños aun tumbado en la cama con los ojos cerrados y una sonrisa placentera que subrayaba el vacío. Y bien he dicho que lo vi. En ningún momento llegue a sentirlo entre nosotros. Sabía sin cerciorarme que ya nunca volvería a levantarse por si solo de esa cama con tantos sueños maltrechos. Seguí con lo acostumbrado, aunque ni el almuerzo podía rellenar la ausencia que sentía en ese momento. Al cabo de una hora, llegaron los enfermeros con una camilla desocupada y limpia. Cruzaron ante mí a un  tiempo que me pareció irrisorio y a cámara lenta. Al cabo de unos pocos minutos, volvían a cruzar la sala con el cuerpo del mercader cubierto con una sábana blanca. Me quedaban dos meses para salir de allí. Raro. 2 meses antes de morir, le regalé el libro One Flew Over the Cuckoo´s Nest, de Ken kesey.

Dando tumbos y a la séptima, consigue acertar con la llave y abrir la dichosa puerta que lo separa del retiro.

     Al entrar, encuentra sentada en su sillón cochambroso a la llorosa mujer a la que dedicó sin fortuna su canción. Ella lo mira a los ojos con la fijación del creciente despertar de su equis.

¿Crees en Dios?- pregunta Lucinda

Ummmf, mire señorita, Dios hace mucho tiempo que se amputó las manos, se cosió la boca y se quitó los ojos para no saber nada más de nosotros.
Somos los bichos más raros que ha creado la naturaleza, y eso me verifica que no es perfecta. Nada ni nadie es perfecto.

De todos modos……………………. ¿Quién quiere serlo?

      Jordi se desploma en la rechinante cama de la pensión y piensa con una certera claridad, algo que en tan solo unos minutos se disipa por caer en un sueño tan profundo como la inmensidad de un océano sin descubrir.

jueves, 23 de diciembre de 2010

33> Sueño stereo (Sound oldSystem)

 Lucinda sigue por un pasillo decadente, con varias puertas semiabiertas de las que emerge sin timidez una luz embaucadora, fría y temida. La misma luz de la que sus antepasados indios le hablaban en susurros y que una civilización desesperada por morir, la convirtió en el final deseado. Tras una de ellas oye gemidos y palabras disueltas por las paredes que separan, por poco tiempo, otro interrogante que la embarga. Recuerda, antes de cruzarla, la voz de su abuelo en su interior. "No se trata de como mueres, sino de como vives".

      Se encuentra en una sucia habitación, típica de un hotelucho de mala muerte. El aire es irrespirable y no tiene ninguna ventana. Le parece ver a una pareja en el suelo, pero no distingue nada con claridad, así que enciende la luz.

      Un perro sin raza se esta tirando a Shiva de cuatro patas.

      Hay decenas de botellas vacías de whisky alrededor.

      La lengua de ella se retuerce por las sacudidas.

      El perro tiene un no me olvides bien sujeto al rabo.

      Un paisaje desolado y viscoso, pero confortable a la vez para Lucinda. No tiene explicación para esta sensación. Ni la busca.

      En una de las destartaladas esquinas se encuentra un buey moribundo desmembrado y un burro cangrenado con miles de moscas incesantes en la disputa por sagrados trozos de corta vida.

      Un aborto de ángel hermafrodita sobrevuela la ceremonia de clausura de un pensamiento cercano al olvido.

      Parece que haya recorrido varios kilómetros dejando atrás miles de personas sobre una equis, para llegar al interior de una gigantesca placenta con un enorme feto del que nace un cordón umbilical roto y anudado en lagunas de memoria.

      Le asalta la diferencia de este con los normalmente suaves rasgos de no nacido, aún desdibujados, con su malformado cuerpo que está marcado con cicatrices que recorren su piel como fragmentos de un espejo al que se ha reflejado una crueldad sin inocencia.

      Roen sus tiernos brazos, larvas creadas de una violación a los durmientes erectos, marcándole números que se pierden en el finito de la búsqueda de humanidad.

      Asalto de miradas.

      Un tercer ojo cosido por los párpados en medio de su frente.

      Falto de sexo.

      Tiene un clavo perforando la frágil mano de una condición exhausta.

      Sin saberlo aun.

      Preparado para la rutina del dolor.

      Con la misma tranquilidad que ha mantenido todo el rato, Lucinda extiende el brazo para tocarlo con la palma de la mano bien abierta.

      Al momento, un sónico grito surge de su interior exprimiendo cada minúscula fibra que agolpaba en su consciencia.

      Dentro.



      Todo.



      Nada.

Tan solo un sentimiento. Volver.

martes, 21 de diciembre de 2010

32> ONE STRIKE ISN'T ENOUGH

Entre el séquito, 9 Caballeros se arrastran balbuceando La mezquita de Al-Aqsa. El desierto de lo subterráneo es la auto flagelación de esos –antes- seres humanos. Lo no corporeo se representa ante Lucinda como un espejo público. Se mean. Escupen. Solo hay uno de entre ellos que se fija en ella con mirada huidiza y le señala hacia el sentido contrario del que marchan.
- La guerra presentada como el advenir del animal – le dice. Escupe ante nosotros y no mires atrás.
Lucinda continua flotando y con la misma lentitud de los sueños, se aleja como se alejó de ella misma hace horas, o días, o meses, o años.
     Encuentra una larga cortina de seda azul colgada de no sabe qué para cubrir no sabe quien, de los que se puede oír, tras de ella, varios gritos de dolor ausentes de paz. A su margen hay dos hombres y una mujer jugando a cartas a los que se dirige y les pregunta por su interior.

      Esa respuesta llevaba rondándome toda la vida- contesta uno

      ¿Como pueden seguir jugando con esos gritos al lado?

      Estamos esperando nuestro turno.

      ¿Es aquí donde esta mi sitio?

      Lo siento mujer, las mismas dudas de las que te alimentas y eres, son la única respuesta que yo te puedo dar

      Lucinda atraviesa la cortina y aparece ante una bola colosal de metal enrejada. Tan grande como la capacidad de sorpresa de un niño de cinco años, al que no le ha tocado el jodido toque de la jodida desgracia.

      En su interior hay cientos de personas subidos individualmente sobre púlpitos sin gravedad, moviéndose de un lado a otro en el aire. Se extraña de que no choquen nunca entre ellos y que, a pesar de que los ve gesticular continuamente y de que no paran de mover la boca como si estuvieran hablando, desde donde esta ella, no oye absolutamente nada.

      Entra por uno de sus agujeros para que de pronto, escuche las voces de todos los residentes a la vez, en una incesante y molesta pajarraca que le resulta imposible comprender, y que no esta muy segura de si quiere llegar a ello.

      Se apoya en uno de los púlpitos flotantes para no golpearse la cabeza y acto seguido tiene al hombre que lo representa señalándola con el dedo acusadoramente.

      ¿! Está usted perdida!? ¡Todo el mundo lo está! ¡Los cerdos aprendieron a volar y dejaron su mierda como alimento del eterno Apocalipsis que devastará nuestro reino de miseria y cansancio! ¡Nos descubrimos como lo peor que habita la Tierra con nuestros desechos cerebrales y falta de fe!!Nuestras payasadas sin gracia por las que llegamos a morir!

      ¡¿Por qué no rezas mujer incauta?! ¡¿Acaso has perdido tú también la fe?!

      ¿A quien se supone que he de tener fe yo?

      La lacra no tiene fe alguna mujer ¿también tu caes en el goce de lo miserable y lo perdido? ¿De cuantas ratas necesitamos para olvidar llegar al divino que nos pertoca por la misma razón de ser? ¿Te han comido el cerebro las larvas?¿Tienes el alma en paro? ¡Escúchame! ¡No puedes darme la espalda!

      Todos sermonean o profetizan un final inminente. Lucinda se mueve con su agilidad acostumbrada esquivando como puede los restantes púlpitos y sus oradores. Está casi con un pie fuera cuando por sorpresa aparece ante ella, flotando también, una caja cerrada del tamaño de una típica de zapatos. Solo que esta, es de cobre oxidado y el polvo la recubre como si perteneciera a ella durante miles de siglos. Pasa su mano limpiándola levemente para descubrir que tiene una pequeña inscripción en un lado:

      "Esta es la palabra de Dios echa por el hombre".

      Abre la pesada tapa con el mismo cuidado y precisión que un cirujano principiante haciendo un trasplante de corazón tras una noche de resaca.

      Una pistola.

      No se extraña, la saca lentamente de la caja para que de golpe, todos los charlatanes se abalancen sobre ella como posesos.

      No se asusta, tan solo deja la pistola en el aire y se aleja unos metros. Hasta el apuntador va tras ella.

      El más cercano, o el más rápido en coger la pistola es un judío ortodoxo de larga barba blanca y unos ojos desorbitados. Se gira mirando a los demás y empieza a dispararlos indiscriminadamente. A pesar de los que caen por los balazos, los restantes siguen como Kamikazes intentando obtener la preciada arma para ellos.

      ¡Yo tengo la verdadera palabra! ¡Yo soy el profeta!

      La sangre flota a caudales alrededor.

      Sale.

      Desaparece la locura de sus gritos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

31> Rusty Cage

Lucinda se siente desamarrada del segundero de un tiempo perdido. La caníbal diferencia del toque no selectivo de una jodida enfermedad, (transitoria si hay suerte en vida), que desciende de la falta de amalgama de brillos insinuantes y de continuo bombeo sanguíneo con la fuerza del amor latente.

      Empieza a mirar por todos los lados y fijándose atentamente, encuentra muy a lo lejos, una mancha negra que pinta este enorme vacío como curiosidad a la que visitar. Torpemente, se acerca a ella moviendo los brazos y las piernas como una rana. Estilo de brazada lo llamamos, pero Lucinda nunca ha sido muy elegante nadando y menos flotando en el aire. Tiene el sentimiento de que pasan horas, o minutos, o centésimas de segundo. Le da igual. Aquí el tiempo ya no importa. Es solo cuestión de espacio. Y ahora mismo, a medida que se aproxima, todo este espacio esta ocupado por esta singular mancha, que parece ser un inmenso e interminable agujero. No es perfectamente redondo y tiene en su interior como múltiples tentáculos que se mueven sin ningún orden aparente. Dando latigazos a la inverosimilitud de una respuesta en sus ojos permanentemente abiertos y claudicados a mirar. Poco a poco se va introduciendo en su oscuridad, la cual parece ahora tan infinita como el vacío que antes la rodeaba.

      Poco a poco.

      Sintiendo una paz indescriptible y a la vez, alarmante en lo visceral.

      El entorno empieza a cambiar y se da cuenta de que ya no esta sola. Delante de su nariz aguilucha hay un estupefacto hombre flotando sobre una equis y observando un parcial movimiento frente a él.
     Miles de imágenes se arremolinan por el interior formando resquebrajadas apariencias humanas, en un principio, para luego metamorfosear en tres viejas monjas ceñidas de latex negro y con tacones altos. Llevan el fetichista hábito mal cortado por delante hasta las caderas en forma de cruz invertida, enseñando unas medias rotas de rejilla en su interior. Sus pechos decaídos están descubiertos mostrándose como lenguas deformes de una vaca mugrienta, sujetados por cintas de cuero negro que las mantienen colgando sobre el que ahora parece, deleitado espectador sobre la equis.
     Del otro lado surge un obispo con quemaduras de tercer grado por su rostro imperturbable y con llagas sangrantes en sus manos y pies descalzos.
Se acerca a las monjas y convulsivamente las empieza a masturbar con gigantescos candelabros. A un ritmo frenético. Sin pausa. Ellas comienzan a sangrar creando una cascada frente al hombre que los observa con una baba inusitada.

      Bebe hijo, bebe y sáciate de la misma sangre que Jesucristo. ¿Acaso no somos todos hijos de Dios?

      A Lucinda no le repugna la escena. Posiblemente de otro modo hubiera causado ese efecto, pero no en el actual estado de consciencia. El obispo vuelve a repetir las mismas palabras. Y el hombre sobre la equis se agacha y bebe. Bebe hasta saciar el esperpento craneal que mantuvo en un silencio de tumba hasta la tumba. Lucinda los deja. Avanza por el agujero de carne sin piel que la proteja. Con multitud de venas y cables recubriéndola, con ganchos y cadenas clavados de un lado a otro como una telaraña metálica, haciendo mas dificultosa su maniobralidad.

      Ve.

      Transita.

      Cruza por todas partes con crucificados sin nombre a los que solo lloraron los muertos que habitan en el pasado. Anónimos que recitan en diferentes lenguas, pasajes y salmos de libros sacros memorizados durante años, mientras mujeres embarazadas los señalan en la ignominia cantando a coro nunca jamás.

      Sobrevuela el escenario de cosecha histérica para llegar frente a dos fundamentalistas islámicos. Ellos también tienen su equis marcada.
      Están llorando cabizbajos sobre la palma de una estatua de Buda completamente rota. Sus pedazos han sido colocados en forma de flechas que surgen de un centro, el cual es la cabeza partida, como queriendo señalar todos los puntos cardinales o creando así también, algo parecido al símbolo del Caos.

      Uno de ellos la ha visto y con mucha calma, extiende su puño cerrado hacia ella y susurra:

      ¿Puedes sujetar esto un momento? Abre su mano y le da un trozo de piedra.

      Lucinda rompe su continuo silencio y le pregunta por su significado.

      Es la pupila del ojo derecho de Buda. Mi hermano tiene la del izquierdo.

      Destruimos este símbolo pagano levantado por infieles a nuestras espaldas.

      ¿Y las lágrimas son de arrepentimiento?

      ¡No!. ¡Nunca!. Nuestro problema es que no sabemos en que dirección esta la Meca.

      Les da la espalda.

      Vuela.

      Olvida.

      Recuerda.

      Mira cercana como un hombre coronado de oro y su séquito van apartando a patadas las cabezas cortadas que les impiden el paso. Descubren sus pollas enfrentándolas a los cadavéricos restos de los hombres de Utopía.

viernes, 17 de diciembre de 2010

31> Heta [*he:ta]

¿Sabes a donde lleva la senda de los elefantes?- pregunté a la guapa camarera.
Al cementerio amor. Al cementerio- contestó y siguió sirviendo copas.

     Era el año 1988. Por la madrugada, medio cabizbajo, sostenía una botella con solo un culo de ron sentado en un sillón de la habitación. El escenario era triste, pobre, cascos vacíos y la vacuidad de su ser. La noche fue lo suficiente larga para vaciarse de mierda, imaginé,  aunque solo fuera momentáneamente. Abrió los ojos con la mirada de quien ya llegó. ¿A donde? Dejó sus squizomemorias perdidas con garabatos y una caligrafía tan diminuta como el alcance del amor en él. Se levantó como pudo y sacó de la bolsa de plástico del super que compró una semana antes, premeditadamente, al llegar, el mataratas y la lejía. Sin titubeos la emprendió a tragos, como si sostuviera una empuñadura de una navaja de mano que solía usar, hasta ahora, para pelar las diarias manzanas que compraba en la frutería de abajo de nuestra casa. Poco a poco grababa en ella, con la mente y navaja en mano, la palabra ESPERANZA y tragó. Dispuso de su lugar en esa habitación de hotel de Gerona. A muchos Km. de Barcelona. Con la seguridad de la locura de que yo no pudiera oirlo o llegar a tiempo otra vez.  Tragó hasta acabar la mezcla del sistema que lo envenenó.  No creo que pudiera ni siquiera volver a encender y aspirar ni tan solo una larga bocanada de humo de la pipa que llevaba consigo siempre. Cuando nos avisaron, unos días después, y llegamos a la morgue del Hospital de Gerona, su palidez era verdusca y sus labios estaban rotos, llagados, de morderse él mismo por el dolor. Lo ví. Tan solo yo lo ví. Esa fué la última vez que ví el cuerpo de mi padre.
     Imagino sus últimos momentos. No había luces, ni túneles, ni recuerdos del pasado que ya no hubiera relegado que se cruzaran por su mente. Sentado cómodamente y mirando fijamente a través de la ventana un paisaje que no podía retenerle más que por ver el edificio de enfrente.

    La casa de enfrente es la misma cueva envuelta de civilización que ocupa toda mi puta vista. Siempre con esa poca luz y su fachada reformada de color canela para disimular el ostentoso gris con las manchas de humedad y cada esquina de ángulos imperfectos. Teniamos una parecida enfrente de donde vivíamos, al principio, los niños siempre odiaban esa casa. Y ese tipo otra vez allí con sus prismáticos. ¿Qué coño mirará ese gilipollas? Mal escondido como siempre tras unas cortinas que traslucen.
   
      Sombras en un terreno despreocupado. Adquirido bajo el mismo y decadente precio de jugárselo todo por un sueño lascivo intencionado.
      Amargado. Construido en lechos vacíos por las mañanas, con unas siempre pésimas notas de despedida. Al completo, su descenso es una interminable escalera mecánica donde ve pasar en sentido contrario, las deseadas musas con sonrisas precipitadas por un despertado alivio: No quiero verte nunca más.
     Jose observa ahora sus dedos inflamados por querer manipular otro monólogo vaginal. Otra mujer a la que ni del nombre quedará como un bello recuerdo.
     Errático inconsciente por la pobre posesión que genera el entorno de su vida. La entrepierna de por mente. Poseído por infinitas calenturas, originarias de una mierda constante y cada vez más variada. Pero no por eso con mejor olor de vida. Ya encontró su cintita de Moebius.
      Lleva años de un lado a otro. Después de un continuo torniquete chungo de una espiral matrimonial dividida, en el que la felicidad consistía en poder esquivar a tiempo su puño alocado en dirección al ojo tierno que intentaba un dialogo sin esperanza. Era una raja interminable de quieto corazón y no mientes mi nombre con falso amor, para ser solo tu excusa pirómana de complejos y falta de humanidad.
      Perdido por vocación. Solo por condición. Pasa las horas con los prismáticos de su abuelo mirando a su deseada, pero lejana vecina.
      Se la imagina desnuda en una montaña rusa. Ese palco rodante desde donde va viendo caminar la vida por debajo, con arrogancia, con su paso voluptuoso, con su gracia divina por la que lloran las musas no amadas.
      La ha observado muchas veces. Tanto en su casa, cuando las cortinas dejan penetrar su fálica mirada, como a escondidas y a dos ruedas de una destartalada Lambretta tras un taxi en eterno compromiso con los semáforos de Barcelona.
      Sabe que todos ellos la adoran en su pedestal infranqueable recubierto de llagas masculinas por no saber por donde pisan. Esos cambios de menosprecio adornan una mueca mal disimulada en las portadas de revista de moda de la última temporada. Tan solo pueden babear al unísono mono mondongo de basura no apta para sus fines.
      Ahora, desde la ventana, se excita viéndola con otro amante. La punta del tacón sobre un ojo inmaculado de romance pasado de rosca. Un vino de lujo derramado por el suelo y cortinas para que os quiero.
      - Se acabó el show- piensa defraudado Jose. Y el vouyeur de saldo deja con desagrado su habitación alquilada en la pensión del gótico y baja los peldaños que separan el tercer piso de la realidad, imaginando los latigazos de permisiva ergo te absolvo con neurosis de tercer grado de la modelo intocable. Allanando su pastel con vistas al mar, que convertirá en feudal monopolio de "mira pero no toques" con arrugas de tercera edad y un rizado pateo de rigor a su falta de llamadas.

      Camina sin dirección fija. Atravesando un gentío agolpado frente a un bar en el que nunca perdería su valioso tiempo. Ni para tomarse un rápido chupito. Se deshace de la gente no sin ver antes, a través de su ya cansada mirada, dos o tres culos a los que podría hacerles un favor. Caminando de espaldas, intentando esclarecer cual de ellas es la más portentosa, choca con alguien bruscamente y cae, dándose de bruces contra un suelo plagado por varios defécales restos del llamado mejor amigo del hombre.

      Pasan unos Limbo-segundos. Acto seguido y, con la negrura síquica de haber caído en la profundidad del lado oscuro, este se levanta para sin palabras, empezar a dar golpes enfrascados en humillar al causante y hacerle lamer el mismo encuentro que luce en su rostro. La sangre llega antes que el susodicho caiga redondo cuando la muchedumbre que los rodeaba, frena a Carlos de continuar con su ojo por ojo.

      Se limpia la boca de sangre mientras, sin entender nada, ve como en unos segundos (el mismo tiempo en el que se ha encontrado lleno de golpes y en el suelo) desaparece toda la gente de su alrededor.
      Como puede, Miguel intenta levantarse. Acción bastante dificultosa con el mapa de mareos que retienen sus pocas neuronas sanas y su precario estado físico. Su mente y cuerpo disparan la primera orden eficaz: agarrarse inmediatamente a la esquina más cercana y vomitar.
      No es la primera vez que le ocurre algo similar, muchas veces sale magullado sin recordar nada, así que, tocado por la incomprensión, se refugia tras unos containeres de una calle contigua mal iluminada y se prepara un chute.
      Era lo último que le quedaba y, desde que despertó hace unas largas horas, Miguel esquiva el sol por las callejuelas del barrio. Esquiva a los morillos que aparecen y desaparecen como un relámpago. Esquiva a los pitufos patrullando. Esquiva a los gatos y a las viejas. Esquiva las botellas rotas y las bolsas de basura abiertas y, rebusca por décima vez en los bolsillos desgastados de sus pantalones téjanos, alguna mísera perra.

      La limosna es el beneplácito de la decadencia- piensa, así que pasadas ya diez horas, saca a relucir su portadora de beneficios rápidos. Una navaja automática a la que bautizó con el nombre de "La Dolorosa".

      "Virgencita, atráeme al rincón desesperado los pasos descuidados del mitigador de mi escasez, y piensa que esta, te lo juro, será la última vez".

      Deja pasar varios fuertes pasos, de esos de los que tienen una meta asegurada, y espera con la ansiedad del mono ruidoso hasta oír el sonido de un quebrado murmullo de mujer con tacón grueso y largo tiempo de llegada.
      Su mano combustible se aferra a la Dolorosa y en un segundo inacabable, deja su imprenta de ahogo en el débil cuello que sigue, unido aun con el resto del cuerpo, pero a rastras del flácido miembro que lo aguanta, rompiendo el aire con un bolso de rebajas y elevando el sufrimiento postergado del ayer.

      Lucinda no sabe lo que pasa, se sacude el polvo y vuelve a caminar en dirección al supermercado. Lleva demasiadas cosas en la cabeza. Desde que llegó de Panamá no ha echo otra cosa que limpiar los desechables cubículos a los que algunos llegan a llamar hogar. Rehogados de sutilezas menospreciables a los que ella da el brillo del sentimiento, sintiéndose constantemente vapuleada por la inquisición del dinero.

     En el Día las naranjas tienen el color de haber cruzado el mismo charco que ella. Se resiste a coger con sus sendas manos el aparcado pastel de chocolate con el precio excesivo de una dieta obligada durante la larga espera de trabajo. Vegetales y, unos pocos frutos amparados por la falta de sequía de este año, son la fuente de la próxima semana de alimentación de Lucinda.
     Pagar a toca teja y marchar con un mal sabor de boca. A pesar de la poca compra, las bolsas tienen el peso de malos tratos y, sus sentimientos frustrados en un viaje sin retorno posible al origen conocido.
     Cruza la calle en un andar sin mirar y cae desprevenida en la rápida aparición de un SEAT Ibiza caducado. El cual la lleva irremediablemente al asfalto de una jungla carnicera a la que años atrás, idolatraba como paraíso existencial.
     Dos policías presenciaban la escena engullendo unos falafels de parada de cinco minutos y, sin quitarse el humus de la comisura de los labios, llegan raudos y galopantes al  accidente.

¿Oiga? ¿Me oye? Vamos a darle la vuelta con cuidado para ver como se encuentra. No se preocupe, ya hemos llamado a una ambulancia.

      Al ver esas facciones sudamericanas hiper reconocibles sin sangre, a las que hace un rato había tratado de dar vida sin resultado, dijo alguien que algo cayó sobre alguien y ese alguien quedó en algo.

¿Donde estoy? ¡Cuidado no se vaya a perder las compras!-grito Lucinda volteando los brazos

Oiga señorita Lucinda, ¿se acuerda de como ha llegado hasta aquí?- le pregunto el poli pasmado

¿Como sabe mi nombre? ¿Por qué me mira con esa cara?

El policía la ayuda a levantarse. Ella, mira alrededor sin el más mínimo rasguño y con la desvariación comprensible de atascarse en un agujero. Todo lo reduce a sus escasas y sesgadas fuerzas llevadas por el continuo vaivén de la ciudad. La suben al coche y con sirenas en alto cruzan pocas calles como quien parpadea y sabe que todo ha cambiado delante de él. Llegan a la esquina de Escudillers con el Pasaje del Reloj para presenciar por segunda vez el cuerpo tres veces apuñalado que mantiene en su mano un bolso manchado de sangre sobre los tristes adoquines. En la bombonera de al lado, aun sigue atestiguando un desvariado yonqui esposado, de no saber que la mujer ofrecería tanta resistencia. Y los restantes oficiales al cargo del incidente, aseguran tener entre manos el típico robo con homicidio premeditado de una mujer de treinta y cinco años llamada Lucinda Miraflores Serpien, de nacionalidad Panameña, tal como certifica su carné de identidad.

      Fuera.

      No hay paisaje concreto y la ciudad ha desaparecido por completo.

    

      Fuera.



      Nada.

     

      Todo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

30> 空しい Nuovi Algoritmi Sovietici

Flash de la escena de la muerta en la bañera a través del
 espejo. Pero esta vez es Gallae la que ocupa su lugar.

> IVRAIE VI <
Gallae, Rachel e Irene estan en sentadas en una mesa de un
 bar, el alcohol lleva rato entrando por su sangre, recambia los estados de humor en una constante montaña rusa de extasis y estupefacción.
 Las llevo siguiendo desde hace unos dias. Solo tuve que esperar a que volvieran a estar juntas. Observo en silencio. Las escucho... y no me hace falta estar muy cerca.
Gallae: 
No llegue a ir. Estuve con un
 desconocido hasta tarde. Pero..
¿porqué no me llamaste?

Rachel: 
No me apeteció, lo siento, tenía demasiadas cosas en la 
cabeza. Estuve andando por ahí y me paré a tomar algo por
 la zona, y mira tu por donde, acabé encontrándome con él, tomándose un vino en el mismo lugar.

Un buen vino. En ese local tienen
 una buena variedad de clases de vinos de
 cosecha, y no son demasiado
 caros.....

Irene: 
bien............. ¿Hacia tiempo que no le veías?
(silencio)

Rachel: 
¿Sabías que cuando estábamos juntos nunca bebía vino?
 Decía que no soportaba su sabor.

Gallae: 
Si te paras a pensarlo, las causas perdidas son alimento 
para conversaciones de madrugada con alguna copa de más, o 
menos. Vete tú a saber que coño está o no está perdido si
 en nuestra puta cabeza acabamos al final encontrándolo.
(Las tres: risas)
Gallae: El
 empleo de las palabras es un paro general. Haberlas ha
 llovido. Tantas como manifestaciones en pro-algo y
 diluvios contra lo demás.

Irene: Puntualiza.

Gallae: 
Lo demás está de más. Eso esta claro.

Irene y Rachel: 
clarísimo vaya

Gallae: 
Pero no quita que nos sigan tocando los cojones aun por
 muy lejos que estemos

Rachel: 
¿Será que les hemos dejado alcanzar el toque divino y 
están en todas partes?
Irene:
 Como las moscas, aunque más grandes y mas revoltosas.

Rachel:
 Lo demás. Tanto como ver que cada día algo cambia para volverse
 anormal delante de nosotras, y esa prolifera subnormalidad
 envuelta de aburrimiento se decora como la superficialidad 
de lo cotidiano
Gallae:
 Hay pluriempleo de a veces. A veces llegamos a pensar. A
 veces nos quejamos. A veces nos comunicamos. A veces nos 
divorciamos la una del más allá. A veces. Tantas de ellas
 que al fin y al cabo no es difícil llegar a pensar que 
somos una causa perdida, así que no es tan malo. Al menos
 podemos tener una buena excusa para ir a tomar algo hasta 
las tantas.

Estoy más cerca de ellas. Bebo un trago de este whisky de malta y pienso por mis adentros: Las balas marcadas no llevan 
nombres anónimos.


Rachel: 
¿Sueñas cuando duermes? Yo sí. Me
 encantan los buenos sueños. Pero
 mis preferidos son cuando estoy 
despierta. (le cae una lágrima)

Uno de ellos es no volver a 
acabar rota por la banalidad de 
un intento de conversación con 
una pared. Yo también sé levantar 
uno. Igual a los que me
 enfrento casi cada día.

Gallae: No puedo evitar oír una
 voz cercana.
Ivraie (pensando) 
Ahí entro yo también

Gallae: 
Ese es el vértigo que me produce. 
El tener que reconocerlo.

Irene: 
Y cayó un Rey de bastos sobre la
 mesa, como podrían caer cabezas
 en una revolución, no hay 
enemigos retractados ni cursis 
héroes que nos salven del
 dolor... solo estamos nosotras.

Gallae: 
Como ceder si dando la vuelta es
 marcar un epitafio sin resolver
.
Rachel: 
¿No se muy bien si tu entiendes
 también mi posición? Es
 pornográfico.

Irene: Chicas... me estoy perdiendo...
Gallae: Se donde me encuentro. No hay más
 porno que la obscenidad propia 
que se representa ante el 
pensamiento y la estructura
 social. Deja el sexo para la
 intimidad. Junto al amor. O a la falta de él. Los secretos son la 
permanencia del individuo. La
 palabra es solo un mero reflejo 
de la memoria. El sexo. El 
deseo... perdura ante la
 obscenidad de la masa cuando se 
intima en un recóndito lugar
 donde sobran las palabras.. Claro 
que se donde me encuentro.

(Gallae empieza a cantar pausadamente una canción de niños popular francesa)
Irene: Sé por donde vais...
 El precio siempre se puede 
manipular. Somos de un carácter
 tan frágil que se nos hace muy 
dificil exprimir la falta de 
vida...

Ivraie> En mi mente las recoloco. Me las llevo, a las tres, en 
una habitación de un lujo
 extremadamente ortopédico y, la
 dirección de la brújula se pierde 
en el extremo del último faro por
 visitar... donde la luz no 
irradia mas energía que la muerte
 del que lo alimentaba en custodia. 
La rareza de las sombras se 
perpetua en el infinito de un
 conocimiento que nunca 
llegará.......no hay más verdad 
que YO. 


Gallae: NO!!!!NO hay más verdad que
yo!!! 

Irene:
 !! BASTA!!!!!
Gallae: NO........YO.........NO!!!!

Rachel: Tranquilas... tranquilas, bebe un poco y respira. 
¿Nunca te dijeron de pequeña?:
¡NO SUEÑES DESPIERTA! jajajaja. ¿Dónde
 empezamos a quemar nuestra 
naturaleza interior? Rompemos los 
sueños con la crueldad de la que
 ya está perdida, en vez de 
comunicarnos.... y así no quedar en 
un simple sueño.

Gallae: 
Las balas marcadas no llevan
 nombres anónimos.


domingo, 12 de diciembre de 2010

29> Restaurant utensil sanitation engineers

AParece una preciosa luz de revelaciones. Las palabras, los valores, las identidades, la función dentro de la línea de tiempo demorfica enmarcada como realidad. Todo y más está cambiando. Anárquicamente, obvio. No hay más métodos ante su misma creación. Extremos. Ya que su concepto deroga en su misma abstracción una infinidad de subterfugios corruptos para el ser. Frustraciones y manipulaciones que ya dentro del juego, pertoca a los amos del producto. Ahora no hay más productos. Hay un ser pensante. Activo. Reactivo. Todos somos el mismo equipo. Pero hay "unos" (demasiados) que tienen las neuronas requemadas de tanta ansia infantil de poder y control. Muerte y codicia. "Otros" (muchos) que aún son ciegos y se dejan joder e incluso llegan en sus buenos momentos, a seguir sus habituales rutinas de robot como si no tuviera nada que ver con ellos. Se preocupan más por tendencias, modas, o el pésimo egoismo de creer que lo que hacen los convierte en una élite o vanguardia. La verdad es que hay que actuar. Siguiendo de algun modo, con la "vida" social que de momento, nos llega para sobrevivir. Todo empezó. El 29 de mayo, el planeta Urano abandonó la constelación de Piscis para entrar en Aries. URANO es un planeta de Aire que pasa a irradiar las energías de Aries, Signo de Fuego. Ya se sabe que el aire alimenta y potencia al fuego, por lo que nos esperan grandes cambios inesperados en distintos niveles; el intelecto(Urano) se ve fuertemente influenciado hacia el espíritu (Fuego de Aries) y los cambios fundamentalmente se verán proyectados hacia Tierra en todas nuestras actividades humanas. Una nueva era “mente - fuego interior” ha comenzado y no deberíamos sino aceptarla y auspiciarla con todo nuestro corazón y mente, a fin de resonar con la energía que llega desde el exterior. Los cambios (Urano) bruscos (Aries) ya han comenzado a gestarse; algunos seres, los más sensibles, ya los estarán experimentando en forma de inquietud mental, de sentir que algo deben hacer pero no sabiendo bien todavía qué es lo que se espera de ellos. Otros, más lentos para reaccionar, se encontrarán de pronto frente a situaciones inesperadas que nunca habían contemplado como posibles, y en ese caso chaval,  “abandónate cuanto antes al cambio, no intentes sostener lo que se cae sino que en lo posible, cuélgate de ello, a fin de que caiga cuanto antes, y no pierdas el tren por intentar sostener lo insostenible”. Algo sumamente importante que hace mucho que vengo sugiriendo será puesto en cartelera: el cambio individual, la renovación por sí mismo, sin la influencia de guías ni maestros. Cada uno será a partir de ahora su propio maestro de cambio, y quienes se apeguen a ser conducidos se verán seriamente decepcionados y confundidos. Se acabó el tiempo de los Maestros, llega el tiempo del Maestro Interior, como regalo del Absoluto para el ser humano, camino a volverse el dios que siempre ha sido. Todo está cambiando. Aunque demasiado rápido, para mí,  para seguir haciendo las regulares pautas del día a día entre las embestidas en silencio. Una puerta se ha abierto de par en par. Las acciones contra Wikileaks y la entrega de Julian Assange para no terminar muerto, han disparado las voces anónimas. Y entre todo, al menos, hay unos presuntos "censores" que me han dejado en paz. Ahora ven otro tipo de magnitud antiesclavitud y antiestupidez en la red. La papalloneta. Solo falta tocarles los mercados. Por cierto, ¿estrenan dentro de poco la continuación de Tron? Hace un tiempo que explicaba a amigos y conocidos, muchas de las reacciones previsibles y teorías que veo como posibles soluciones ante nuestra estupidez de siglos. Aunque tuve que aceptar, que es imposible. Demasiado dificil sin encontrarnos de frente con el muro. Es parte de nuestra condición, isn´t? Lo sé con demasiada exactitud. Llegué hasta aquí a base de romper todos los muros y casi morir en el intento. Extremos. De aquí mi reacción a este experimento libre, incluyendo en parte mi propia biografía. No por la jodida complacencia o autoterapia. Sino por usarla como punto inflexible de uno de tantos ejemplos de la vida de la estupidez humana y sus consecuencias. Estoy trabajando en ello para poder empezar las acciones del primer grupo M.U. Aún estoy esperando la respuesta de un amigo para que me ayude a traducir al inglés el netbook. Voy con demasiadas cosas en la cabeza y me es imposible, de momento, llevarlo a cabo sin las putas faltas gramaticales y el ritmo apropiado. Aún así, por lo demás está marchando mejor de lo esperado. Tenemos unas colaboraciones de lo mejor e inesperadamente, la creación se está llevando libremente por todos. Poco a poco irán apareciendo todos. Y dentro de poco empezaré con el Αξίωμα.

sábado, 11 de diciembre de 2010

28> Select Add to NavBar

No está nada mal pasar estos días dejándome llevar. Respirar. Ya he pasado por las fases de analizar todo lo ocurrido hasta ahora. Años y años que han quedado en un mísero punto y coma, o puntos suspensivos que flotan en un aire que ya no tiene la misma inquietud por dejarme ahogado en Tierra. Es la dureza en la suavidad. La ternura en mi vida. Interior. Posiblemente ya iré describiendo tranquilamente modos y sentimientos. Vuelven los sueños y, ante esta sociedad, ya no son solo una liberación. O una necesidad. Siempre he realizado mis mejores sueños estando despierto. No. Estos otros, necesitaba que también estuviera "despierto". Tiempo atrás. Imágenes que me costaban recordar. Tenía que coger rápidamente el boli y los papeles que dejaba en la mesita o en el suelo, para apuntralo todo antes de que se esfumaran para siempre. Eran ejercicios. Y siempre intentaba estar atento. Uno de ellos: Plano general: Estoy dentro de una sala inmaculada. Blanca. Parece que nadie haya intercambiado ni tan solo una mirada dentro. Aparece en una difuminación de intercalado una mesa con una mujer sentada en un extremo. No la conozco, pero su rostro me es hiperfamiliar. Está desnuda. Y apoya suavemente sus brazos en la mesa. Un hombre desnudo aparece al segundo sentado en el otro extremo. Ni un ruido. Sonido alguno. Respiración. La mesa cede su forma a mi imaginación y empieza a incrementar hasta hacerse inmensamente larga. Tanto ella como él quedan disipados por la distancia. Yo estoy pero no me veo. Pertenezco a los dos y a nadie. Para mi, están uno al lado del otro.  La mujer se retuerce. Su cuerpo se deforma y lucha por extraer, o más bien explusar, una forma geométrica del interior. De sus contracciones y por la forzada lucha los sonidos aparecen, arcáicos y de frecuencias muy bajas. Ensordecedoras en casi su amplitud de silencio. Ella abre la boca y mete sus dos brazos dentro, entre vómitos de color blanco, como una leche cuajada, saca una pantalla de ordenador. Lo deja en frente suyo con decisión y violencia y, vuelve a ponerse los brazos dentro de su boca. Esta vez le sucede el ordenador entero. CORTE. De repente todo el ordenador está enfrente del hombre. El mouse le sale del culo y tiene la conexión del ordenador desde el ombligo. El le escribe a ella: Lenguaje de ruleta rusa.
En una esquina hay la misma mujer vestida de putón rubia de bote mirando la escena, con el maquillaje corrido. Está fumando un cigarrillo. Se lo apagará en el brazo.

lunes, 6 de diciembre de 2010

27> Si no hay viento, habrá que remar

Somos el hazmerreír de las cunas de las mal autodenominadas civilizaciones. > No es por nada, pero tanto el concepto como la palabra en si, es otra forma de catálogo propio de nuestros caníbales impulsos.< Sin pretender conjugar definiciones en las que estoy a disgusto, no tengo otra opción, sino quiero desarrollar otro sentido al mismo lenguaje (propio de Lacan) u otro Mundo al estilo de Tolkien, que seguir con los mismos patrones universales, para, poco a poco, darle otro sentido, o más bien, sacar a la luz la cualidad intrínseca que ha quedado enterrada tras nuestros pasos. Buscamos amistad y tenemos colegas, buscamos crear y tenemos arte, buscamos arte y tenemos producto, buscamos producto y tenemos mercado, buscamos mercado y tenemos crisis, buscamos crisis y tenemos terrorismo, buscamos terrorismo y tenemos manipulación, buscamos manipulación y tenemos política, buscamos política y tenemos civilización. Buscamos amor.... y tenemos porno.
  En esta argucia civilizada se ha confinado la realidad del ser humano a la inversión de la pseudo-realidad de la evolución. Cuando Abel Janszoon Tasman "descubrió" para el mundo occidental el pueblo maorí en 1643, repuso palabras de su conocimiento civilizado para "entender" - los a ellos. La palabra pagano, surgío en un mundo apartado y sin corromper, aún. Sus enormes estatuas de culto, la mayoria pertenecientes a sus ancestros, cayeron ante las creencias más "modernas" de un Dios único que se definía mediante un (os) libro (s) escritos por personas, años atrás. Cuando unos aborígenes australianos, nativos americanos, o los que pintaron las cuevas de Altamira 15.000 y 12.000 años a.C, solo estaban creando. Un lenguaje de por sí que era el arte puro. Cuando unos de ellos creaba, el otro usaba el mismo lenguaje para mostrar también su visión. No tenían conceptos para ello sobre si era mejor o peor, si su valor en el mercado era más grande o si "ya estaba hecho". Era arte. Simplemente lo más grande de esa expresión.
 Eliminar rituales como el canibalismo en algunas tribus que ejercían, era una de las modernas partes que sin duda, exponían un acercamiento de evolución del ser humano. Pero olvidaron ver, dentro de su egocentrismo civilizado, que otras partes de su cultura, complejas por su simplicidad y hermosas por su naturaleza, llevaban junto a la pluralidad y fusión de "civilizaciones" al engrandecimiento del ser.
Ahora, ayer, estos días... aún seguimos luchando en un silencio manipulador sobre la libertad de expresión. Con la vida como precio.

jueves, 2 de diciembre de 2010

25>FAQ

Llevo unos meses en este sitio perdido en el mundo. Espero. Pierdo mi piel de vez en cuando, como una muda. Me doy cuenta de que les es repulsivo, así que me encierro hasta el final de la muda en otra habitación de motel. Me quedo mirando el exterior desde la ventana.
¿Has visto la extraña luz que desprenden las hojas del árbol? 
>Ivraie (V) <
¿Por donde empezar? No estoy realmente solo. Solo falta irme acostumbrando a mi cuerpo. Mis percepciones se multiplican día a día. Especialmente en mis mudas.
Plano general angular. Sonido: Hay varias mujeres llorando sentadas en una esquina. En la
habitación hay un féretro negro con flores marchitas, no hay ridículas fotos ni candelabros. Aparece Gallae contoneándose en cuero rojo, ceñida hasta sus botines victorianos que se posan en la fragilidad de un suelo no apto para cardíacos. Con una Iguana atada por una fina correa que sujeta con su mano izquierda de tres dedos. La miro de reojo. Hasta puedo oler su aliento gélido. Estira de la cuerda para retener la Iguana. Se acerca al féretro con una rosa en la otra mano.
Plano detalle. Gallae perfila el ojo del hombre muerto con uno de sus pocos dedos. Pone la rosa en su pecho y una moneda en su boca para, fría y pausada, abrirle los ojos y mostrar el vacío de su mirada.
Los rostros de las lloronas están tapados por sus arrugadas y viejas manos.
Plano detalle. La mirada cansada de Gallae. Plano detalle. Su mano tensando otra vez a la Iguana. Plano detalle. La Iguana se retuerce en el suelo y sus patas manchan de negro el suelo blanquezino. Plano detalle de las manchas negras de la Iguana. Se licuan y forman una mancha semicircular, la cual acaba por formar toda la imagen en mi percepción. Del interior de la mancha aparecen los cuerpos desnudos de varias personas. Todas intentan fluir por ella para poder salir de la negritud. La primera en llegar es una niña. Se pone en pie llevando un vestido blanco, manchado y medio roto. La niña respira violentamente. Pisa la mancha negra. La Iguana pasa por encima de su pie y enrosca su cola en su delgada pierna. Gallae acoge con su brazo a la niña y empuja el féretro con el tacón de su botín,  golpeando el suelo y dejando dar tumbos al muerto fuera del féretro.
Gallae mira a la niña y esta sonríe. Por el vidrio de la ventana veo su cara distorsionada por el reflejo, con poca luz.
- Mas bien eso sería un buen final, ¿No crees? Aunque sabes que somos
expertos en acabarlos siempre mal.
- ¿Por donde empezarías tú?
 Me siento con un plato para comer algunas sobras de antes de ayer. - ¿Los ojos te retienen si lo ves?
- ¿Ver qué?
- Seria una buena pregunta si con tu respuesta ya me estas respondiendo. Esto es, tremendamente firme para entender-nos, aún si no creyese que el mando lo dirijo como superviviente a mi mismo.
- Me dejas desolada.
- Como el paisaje tras la bomba en Hiroshima.
- Eres demasiado pesimista, ¿No crees?
- Siempre queda algo de eso.
- Es una desgracia que con el tiempo, vayas a ser tan variable como ellos para volver a sentir... por no recordar cuanto estamos hablando ahora.
- No sabes lo que es mirar. Ver. ¿Lo tienes?
-¿Y tu? ¿Has mirado a tu alrededor? No. Nunca te preocupas de eso. Hubo un tiempo en
que por pensar y creer en mi alrededor, el único paisaje con el que me definían eran múltiples mentiras. Las mismas que encontraba cada día y, esperaba que como un ciego e infantil cuento, desaparecieran como el humo de un cigarrillo en el aire.
- ¿Nunca pensaste en arrojarte al todo?
- Arrojarse es lo mas práctico para dejar otro eterno interrogante insatisfecho. !Vaya mierda!
- Demasiada sal en la sopa. Demasiada. Nunca podré comerme esto. Por mucho que remueva esta
sopa de letras, no tendré muchas frases dulces que contarte.
- pues no te entiendo. 
- No te confundas. Nunca he dicho de arrojarte al vacío. Casi siempre estamos en él.
- ¿Donde quieres arrojarte entonces?
- Dentro.
- Dentro... La gente siente proyectada una visceral repulsión hacia el encuentro. Te mareas con preguntas que no determinan ninguna posición. 
- Nadie dice que sea fácil. Solo te he preguntado si lo tienes. ¿Lo tienes? Pues no lo sueltes. Son
tantas cosas de las que nos desprendemos a lo largo de la vida y que realmente nunca tuvimos de verdad.
waiting for Godot, Tjukurpa 2010

martes, 30 de noviembre de 2010

24>SiETeCuerOs

SIETECUEROS m. Amér. Tumor que se forma en el talón del pie, especialmente a los que andan descalzos. ٱAmér. Panadizo de los dedos. ٱ Colomb. Árbol de la fam. de las melastomáceas (Meriania umbellata), de unos 6 metros de altura, de hermosas flores. Su nombre se debe a que la corteza tiene numerosas capas de escamas que se desprenden fácilmente.

Suena el despertador. 16:00 pm.  Ella para el despertador. Se medio levanta para quedarse sentada, desnuda, en su lado de la cama. Se enciende un cigarrillo y mira hacia el techo, donde hay una mancha de humedad. Expira el humo y se gira para verme apretando mi cabeza en la almohada, haciéndome aún el dormido. Esperando que se vaya sin más.
- No hace falta que te despiertes cariño. Supongo que tampoco tendríamos mucho que decirnos. Hace unas horas te tenía entre mis brazos. Nos besamos y follamos con esa fluidez del anonimato, del que se descubre, aunque sea solo un poco (Pega una profunda calada y la expira con la frase) ... Ahora no me acuerdo ni de tu nombre.

IVRAIE (IV)

Seria por ser de salada ironía. Nadie conoce a nadie. No cree en nadie y creen en un Dios omnipresente que les ha "hecho" a su imagen y semejanza. ¿Hay algo más estúpido en lo que creer? El beneplácito de estos seres casi mecánicos. Puestos a punto con las coordenadas convenientes. Se multiplican a un ritmo cada vez más animal. Y lo destruyen todo a su paso.
- ¿Siempre es como nunca?- le pregunto a la zorra mientras la miro fijamente, después de su mierda de monólogo de intento de despedida.
- ¿Perdona?
- Fácil.
Ella alarga el brazo hasta la mesita de noche y apaga el cigarrillo. Hay un escarabajo al lado de la mesita. Ella lo observa. Lo coge rápidamente y lo atraviesa con un alfiler de pelo dejándolo clavado en la pared.
- Te pregunto si lo que quieres decir es que ¿Nunca nada cambia .... o que siempre todo cambia a peor?
Solo fue un segundo. Ella estaba repartida por toda la habitación. Me gusta el color rojo.
- nadie dice que sea fácil.- (mmmm. Ya no puede responder)
A mi lado aparece un monje tibetano entre la oscuridad. Camina lentamente hasta llegar en medio de la habitación. Se cubre todo el cuerpo de gasolina y se prende fuego. La luz recrea un hermoso paisaje en la cochambrosa habitación de hotel. Miro la ventana. Está a punto de suceder.
Ya no soy lo que era. Tampoco sé bien qué soy ahora. Pero no soy como ellos. Los odio. Y la ira se queda en la gracia del divino no humano. Dale un cerebro a un mono y se creerá el centro del Universo. Yo no vengo de los monos. Nosotros hemos visto los principios de esta Tierra. Vivíamos para ver evolucionar poco a poco al hombre. Crear Pirámides y morir en las hogueras. Siempre muerte y hambre. Pero no para nosotros. Y, aunque sea dicho de paso, podría llamarlos involucionados, vistas las circunstancias de mi nuevo ser.
He crecido. Muy rápido. Después de varios apareamientos me cuesta habituarme a mi nuevo cuerpo y al dolor que producen sus cambios. Llevo un largo tiempo estudiándolos. Leyendo libros diferentes a los de Miles. Lo banal de la violencia de una sociedad descompuesta por la perdida exahustiva de valores, conlleva a una deshumanización afincada en el terror. Es una constante que paraliza la conciencia general en su total transparencia y, atrae a muchos aspectos de su análisis desde una reducción paulatina de su masificación. Ellos aún creen en una comunicación basada en letras y palabras. No conocen otros tipos de lenguaje interior. Aún no. No tendrán más engaños ya que todo se empieza a mostrar dentro de un marco donde el termino “comunicación” se representa mejor por “orden” en su totalidad. La manipulación. Un “orden” con carencia de conciencia y una desensibilización hacia la violencia en la realidad, por su continua rutina mediática. Es divertido percibir más allá. Y saber que no solo es sencillo seguir creciendo sino que además, ellos mismos me ayudan, sin saberlo, ya que se eliminan entre si mismos con una facilidad asombrosa.
Esto no me limita, sino que centra mi visión en su reconfiguración hacia un espacio sensible y alusivo de los estereotipos marcados por su cultura de la masa y la falta de la escucha individual. Amor. Creen en algo llamado Amor. Que fácil seria hablar de amor si fuera tan fácil entenderlo.
Está a punto de suceder. Camino tranquilamente por el pasillo del hotel sin cruzarme a nadie. Sé donde están. Los percibo a todos. Bajo las escaleras. Ellos caminan hacia arriba. Llego a una puerta trasera. Espero unos segundos. Se oye una multitud. Abro de golpe y allí está él.
- Están arriba. Pronto saldrá por el balcón.
- ¿Qué mierda me dice? Apártese!!- el hombrecillo se asusta al ver mi figura alta, fuerte pero esquelética, vestido de blanco.
- No me equivoco. James Earl Ray, no?
- Si.- Contesta sorprendido - !¿Quien coño es usted?!- (Pone la mano en el bolsillo de su chaqueta)
- Yo no haría eso. El negro que busca está arriba. Va a salir en unos segundos por el balcón.
El mierdas sale deprisa para allí. Yo me alejo del Lorraine Motel. Son las 18 horas. Me queda un minuto para alejarme del todo. Este año es muy especial. Voy entendiendo porqué estoy aquí. Oigo el disparo. Las multitudes gritando. Robo un Ford y me alejo lentamente de Memphis.
El paisaje cambiará en unos años. La arena y las piedras saltan y envuelven mi paso de una preciosa nube marrón. Hay algunos charcos. Fango. Este coche se porta bien. Da gusto conducirlo. En unas horas llegaré a Steubenville. Tengo tiempo para seguir conociéndolos. Hasta el día 7 del próximo mes, no nacerá Nora Kuzma. Hay que ir dejando simientes.

jueves, 25 de noviembre de 2010

22>Timothy Leary can´t be awake again

"prince of powerty" by Logical disorder::Original Soundtrack of "Lenguaje de ruleta rusa" from Tjukurpa Haka on Vimeo.
25/11/2025
11:56 a.m
El jodido diablo dejó de perseguirnos hace tiempo. Las metáforas eran como divisas en una isla desierta. Recuerdos. Aún queda algo de eso. Sigo caminando sin rumbo fijo. En verdad no hay ningún rumbo. Más que seguir caminando. Sigo intentando explorar en mi mente las múltiples capas entre lo imaginario y real. Quiero poder llegar a mi tiempo real de los sueños y poder hablar conmigo mismo para enseñarme la visión del presente inmediato. Al menos, en esta linea temporal a la que hemos llegado. Recuerdo el libro de los 80´s The Road. No recuerdo el autor. Los nombres desaparecen. Ahora ya no hay la inverosimil inmortalidad del ser. Solo es una palabra más. Otra caducada y en desuso. La arena quema. Las piedras arden. No hay ni un atisbo de naturaleza. Lo quemamos todo. FuckEMall. El peso de mi bolsa se me clava en la espalda como las imágenes de tantas películas y libros que profetizaban esta mierda con la herencia de un arte que desaparecería en un instante de olvido. Mad max, 1984, Brave New World, Logan´s run, Blade runner, THX-1138: 4EB, The Planet of apes, Alone, Axioma, 2012, Metrópolis, Fahrenheit 451, the Clockwork orange...Ojalá hubieramos acabado como decían. No. La realidad supera la ficción. Ni un atisbo de cordura. Miseria. Hace unos días cambié por algo de tabaco y agua un comic de X-men que tenía guardado entre otras relíquias. Al menos, me quedan bastantes hojas del Prestuplenie i nakazanie de Dostoievski, que encontré en la zona 7 en su idioma original........ para liarme cigarrillos. Aún me queda humor. Si. Aún queda algo de eso. Me refugio en una cueva, viene la tempestad. Duermo. Lo intento otra vez. El estado de conciencia es más fácil de alterar en los extremos de la psique.

Nada

Todo

Me despierto sobresaltado. Gritando. Sudoroso y acelerado. Asustado por la horrible pesadilla. Me levanto deprisa y corro hasta la habitación de mi abuelo. El se despierta y se asusta al verme hablando tan rápido. Se para y me coge sobresaltado. Me mira fijamente a los ojos. Me hace daño en los brazos pero mi pavor es más grande y él lo reconoce en mis ojos.
- el pare s'està morint.
Mi abuelo se levanta y se viste lo más deprisa que su cansado y viejo cuerpo le permite. Está alterado. Me cree. Soy tan solo un niño de trece años. Pero él me cree. Siempre lo hace. Sabe que hablo mientras duermo y que viajo. El siempre me decía que no me preocupara. Que era un don. Pero ahora lo hace. Yo tengo miedo de mi cabeza.
Salimos corriendo a coger un taxi. Es de noche. O madrugada. No lo sé. Salimos del Poble sec para mi casa. Donde vive ahora mi padre. Solo. Llegamos a mi casa. Se nos hace eterno. Corremos hasta la puerta y mi abuelo no encuentra las llaves. Llama y llama al timbre. Nadie responde. Al intentar abrir la puerta, tiene que empujar con fuerza. Está lleno de revistas porno por los suelos. Mi visión se acelera en lo incomprensible. No sé realmente donde estoy. Esta no es mi casa. Manchas. Mierda. Revistas rotas, abiertas. Sucio. Corremos hasta la habitación de mi padre. Mi abuelo grita. Yo estoy asustado y en silencio. Mi padre yace en la cama. Está amarillo. A su lado, en la mesita, hay una caja vacía de pastillas. Mi abuelo me grita. Grita a mi padre. Lo insulta. Le pega en la cara. Me vuelve a gritar: - Corra!! Corra!! Ves i crida al veí!! Que avisi a una ambulancia!!!
Yo empiezo a golpear la puerta del vecino, no me doy cuenta del timbre. Aparece y le explico todo gritando. Le digo que llame a una ambulancia. El entra en la casa. Está sorprendido de verme. De la historia. No me cree. Yo le grito: La ambulancia!!! Truqui a la ambulancia!!!
Vuelve corriendo. Ha visto la escena. Mi abuelo intenta hacerle vomitar. Pasan minutos. Estamos cerca. El Hospital de Sant Pau está al lado. Llegan y lo cogen. Mi abuelo entra en la ambulancia con un enfermero y mi padre. A mi me dejan sentar delante, junto al otro enfermero conductor. Salimos de la calle Cerdeña y subimos la Avenida de Gaudí. Es todo recto hasta el Hospital. De golpe, no se como, los veo venir. Por mi lado derecho, aparece un coche muy rapido. Un hombre tiene el brazo por fuera de la ventanilla dando vueltas a un pañuelo blanco. Vienen demasiado deprisa. No me dá tiempo para gritar. Chocan contra la ambulancia. Justo en mi lado. Silencio. No oigo ningún ruido. Estoy bien. Todos han salido de los coches. Alguien tiene sangre. Me miran. No oigo nada. Digo que estoy bien. En el otro coche hay una mujer embarazada. El enfermero me grita. Lo oigo. !Corre chaval! !Corre al Hospital y pide ayuda! !Nosotros cuidamos de tu padre y los demás!
Corrí. Nunca jamás había corrido tan deprisa. Volaba. Llegué y les expliqué todo. tenía un poco de sangre en la cara. Me creyeron. Todos corrían. Silencio. En blanco.




(no quiero volver a soñar)




miércoles, 24 de noviembre de 2010

21>Google_Chaos_la incertidud-a de la meta-realidad (2)

El ego no es solo la mente no observada, la voz que hay dentro de la cabeza y pretende ser tú, sino también las emociones no observadas que son la reacción del cuerpo a lo que dice esa voz de la cabeza.


Como receptor, mantengo la hipérbole sujeto a sus paradigmas. El sarcasmo de la pícara crashcontemporánea anodadando los silencios y las pautas de dos bailes.
El objeto del objetivo-camara-proyección:



Quedan segundos fuera. Minutos dentro. Después, telón de fondo. Negro. Solos.

Llegó la oscuridad. Los cigarrillos encendidos y nuestro humo albergaba una acogída humareda, pronto nos convertiremos en vándalos por esta acción. ¿Otra profesión? Nunca me detuve a pensar que quien soy era una profesión. Imposible cambiarlo. No me apetece. El final se queda en mi memoria. Mañana B.S.O

20>Download or Upload, That´s the question

Breack time. Music.
Just a second....

19>Google_Chaos_la incertidud-a de la meta-realidad (1)

Hoy me he puesto a releer mis escritos. Veo que la paradoja disfuncional del tiempo-sueño recrea su impronta en el libro. No puedo, ni quiero cerrar esas puertas. Veo que escribo en sueños. Todo está mezclado como en mi memoria. El caos sin serlo. Ayer fuí a la performance, sabiendo que ocurriria, por así decirlo, como anteriormente, recreo posibles lineas de futuro caminando en mi presente. Siempre he tenido el don de poder vivir en mis sueños facilmente. Ciertas experiencias, de pequeño, crearon una barrera a ellos. ¿Defensa? ¿Locura? Lo que importa es que ahora, siendo completo, es más natural y fácil de trabajar. ¿Alguién ha visto la película Origen (Inception, 2010) ? Si? bueno, sorry, yo me dormí en la butaca. Dos veces seguidas. No fué a proposito. Tengo que encontrar un momento para volver a intentar verla.
Bueno, mmmmm, difícil de explicar, mejor seguir. ¿Donde y cuando acaba el meta-mensaje? La performance dentro de la realidad, o el sueño que nunca acaba. ¿El caos? Sonia explica a su manera, o mejor dicho, los parentesis de la percepción de su caos y realidad. ¿Cambiaría esa percepción sabiendo de que es partícipe de otra performance? ¿Otra realidad-sueño? ¿Cambiaría también la gente? ¿El espectador-partícipe? ¿En cuantas maneras se puede alterar la percepción y la realidad?

Oscuro. Palabras. Presentación. Video la gente, los sonidos guturales, la espectación. Los pensamientos fluyen o se disuelven.


Of course, I use the same technique with my small camera, than she´ll do later. If not, where the fuck it´s the experiment? Oh. Some words. Some people should live the place. Strange combination. Anyway. (I must wait for the slowly upload)

arrghhhhhhhh, ya no sé si se cuelga exprofeso o me están atacando otra vez. Qué raro que un hacker sea tan fácil de encontrar, que se divierta jodiéndome el ordenador poniéndome todo en polaco y que sea encontrado por Rusia. Mmmmm. No me creo nada. AH! si... el Caos...


Encuentros con la nada. Parámetros de no-juego. Actitud ante Todo-nada. Sueño.


Print a sunshine brains in a Mirrorball´s sparkle. Algunos menos. Somos más.

martes, 23 de noviembre de 2010

18>Punto y fuga

-¿Que desea?
- Un café, por favor.
- ¿Con leche?
- No. Negro, por favor. Como los cojones de Machin.

17>2025:::: Perros sin rumbo (2)

23/11/2025
14:06
Llevo recorriendo las calles desde que tengo memoria. El mundo es pequeño. Lo hicimos justo a la medida de lo no soportable. Hemos perdido la amplitud del ser y lo que concebimos como espacio-tiempo. Algo pasó. Delante de nuestras narices nauseabundas. Delante de nuestra mierda y falsa comodidad. Sentados delante de los sillones mirando una pantalla mata neuronas y aceptando el conformismo de lo que se generaba. Aceptamos las muertes. Las dictaduras legales. El fascismo camuflado. Los imperios repetidos en toda la historia.
     Hubo y hay gente que cambió. Vieron el ser como algo completo, sin metáforas infantiles que nos sumian en la mediocridad del esclavismo pulcro. Encontraron la raiz de los males. Obtuvieron la clarividencia real del espiritu. No puedo decir que yo no estaba incluido. Pero era demasiado tarde. Para todos. Y yo acepté la paradoja de esta realidad que nos consume. La única revuelta interior:

El terrorismo conceptual. El de "Love is a strange Paradise"

Era tan básico y simple que los estupidos de credo no podían concebirlo. Necesitaban de las argollas de algo más poderoso. Desde la religión al poder económico. La sumisión total. Es tan fácil ver como todos tenemos la creatividad y el arte en nuestro interior desde que nacemos. Y que la perdida de este es a través de lo inculcado. Ya sea por la educación estatal, la familiar, la comunicación de los medios, etc.
Llegó un tiempo en que las ciencias y el arte se fusionaban por fin. Los preceptos desde donde el ser humano se concebía realmente llegaban poco a poco, y mediante  la ayuda y revolución tecnológica a puntos insospechados hasta para los más aferrimos espirituales. La mente y la creación divulgaba la verdad. Esa verdad de que tanto se hablaba con palabras erroneas y trasgiversadas por la misma conciencia y percepción de cada realidad histórica en la que se vivía. Por fin vimos que todo era un bluff. Que desde un punto de nuestra realidad, algo creamos e hicimos un falso paso que nos llevó al desastre de la comunicación entre nosotros mismos y todo lo que nos pertocaba como partes indivisibles del Universo. Alteramos con un orden equivocado e infantil el estado del Todo. Alteramos la base perfecta del Caos. En cada punto de nuestro planeta y cada forma de vida en ella. Creamos un pseudo orden que a la vez llevó a un Caos indeterminado de la vida. Alteramos toda alternativa de una nueva estructuración. Era simple. Había que cortar de sano. Todos a la vez. Una mierda inigualable. Imposible para este ser “racional” y tan inteligente. Jajajajajaja.  De que coño estaban hablando. Eso era la realidad. Simple. Pura. Inconcebible. Eran niños grandes, muy hijosdeputa, que seguían jugando, pero con poder. Así llegué a mi postura. Hay fé. Pero no en el ser humano. Al menos, no de esta calaña. Mientras unos iban por un lado, los otros seguía con sus estupidos planes de poder, control y masificación de dinero. Solo unas jodidas bombas podían devolver al “humano” su propio reflejo de estupidez. ¿Podríamos aceptar el unirnos y cambiar de golpe todas las estructuras en las que nos basabamos? Imposible. Demasiado fácil. No. Tenían que hacerlo a su manera. Decían que no estabamos preparados. ¿Nosotros? Bueno, la historia de la humanidad está toda llena de humor negro. No hay más. Solo podiamos seguir adelante. Si aceptabamos la postura de lo correcto y espiritual, creando y siendo partícipes de una comunión entre toda la vida en la Tierra, participativa, llena de amor por todo y alterando el orden aparente para dejar fluir la corriente de la vida, aceptando que cada cosa y ser vivo en sí es participe del caos pero que a la vez, esto forma un orden perfecto e inalterable. Era inaceptable. Pensar que somos energía, harmonía. Y que somos una unión. Un conjunto perfecto en su imperfección.

Era pedir demasiado.

Somos lo que somos. No hay más. En un momento se llegó a pensar que sería posible. Pero siempre hay un mamón. Aunque sea solo uno. Que pueda joderlo todo. Y así fue. No uno, no. Millones. Los mismos que iban cada día a la bolsa para hacer crecer el país. Los mismos que decían ser políticos. Ya sabeis. No hace falta ser rebundante. Todos están en la lista. Empezando por nosotros mismos. Yo el primero. Aunque desaparezcas y te vayas a una isla perdida. ¿perdida? Seguro que allí se graba un reality porno show. Venga hombre!! Pasé por varias estapas. Todas me llevaban a la misma conclusión. Eramos incapaces de aceptar algo tan simple porque la eticarían de anarquismo, comunismo, etc.. todo por una etiqueta o logo que nos identifique. No podía ser tan claro como aceptar tal cual quienes somos y qué hacemos aquí. No. Teniamos que albergar algo, por pequeño que sea que nos llevara a la pequeñez del espíritu. No hay links en este tiempo que me lleven a alguna parte anterior.

lunes, 22 de noviembre de 2010

16>Color

Eran las tres de la mañana y Max, como todo buen violonchelista, iba armado hasta los dientes.
      No podía jugársela después del último desalojo por parte de la policía de asalto en el club clandestino donde tocaban a los clásicos. Esa noche, durante la contienda, murieron salvajemente golpeados tres de los componentes del quinteto de cuerda que tanta química conjunta desarrollaban al tocar. Tuvieron que esperar tres largas semanas escondidos y moviéndose durante la oscuridad de las noches para encontrar otro tugurio que quisiera correr el riesgo. El dueño del local sabía perfectamente que las ventas de alcohol se cuadriplicarían y que las pandillas de Mozart le darían un jugoso tanto por ciento de sus ganancias durante la noche. Las apuestas estaban 10 a 1 contra ellos. Eran ya cuatro locales cerrados en lo que iba de mes. Olía demasiado a podrido en el interior. Sabían que alguien se iba de la lengua y no era para tener sexo oral.
Me despierto, puede que esté aún dormido. Surfeo por la red. Más de lo mismo.
Siguen hablando de crisis económica. Ahora es Irlanda. Y aquí, vienen las elecciones. Yo ya lo tengo claro. Aunque ellos aún no del todo. Sigo pensando. Estoy dormido. ¿Aún siguen hablando de política en el modo antiguo? No recuerdo cuantos años lleva así. Hablo de cuando empezó este tipo de discurso y manifestación política. Ya ni hablo de la democracia de los griegos.... Anteriormente era diferente. No digo mejor. Solo los borrachos calcularían mal su salto en aguas profundas cuando el barco de hunde. ¿Pero? ¿Y si el barco está en el polo norte?... vale la pena saltar? Cuesta pensar que es tan dificil de ver que los parámetros han cambiado y nos aferramos a la base de la destrucción. El hombre siempre cae sobre la misma piedra y bla bla bla. Mercado. La jodida palábra se me está grabando a fuego lento en mi mente. Democracia. Net? No veo por ningún lado la izquierda y la derecha. ¿El centro? Veo organización individual de cada región fomentando su cultura e identidad y compartiéndola (no imponiéndola).... bufff, estoy dormido. No estoy en casa. Menos mal que aún estoy dormido. A lo mejor cuando despierte escribo algo más sensato.