Tjukurpa

netbook. Libro experimental. Film. Documental. Performance. Música... cr∞er. Este proyecto es autobiográfico y biodegradable. En él, hay incluidas historias escritas, cuentos, poemas, vómitos y ficción, para qué en su desarrollo, la bio solo sirva para su propósito. Algo que explicar.

sábado, 11 de diciembre de 2010

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No está nada mal pasar estos días dejándome llevar. Respirar. Ya he pasado por las fases de analizar todo lo ocurrido hasta ahora. Años y años que han quedado en un mísero punto y coma, o puntos suspensivos que flotan en un aire que ya no tiene la misma inquietud por dejarme ahogado en Tierra. Es la dureza en la suavidad. La ternura en mi vida. Interior. Posiblemente ya iré describiendo tranquilamente modos y sentimientos. Vuelven los sueños y, ante esta sociedad, ya no son solo una liberación. O una necesidad. Siempre he realizado mis mejores sueños estando despierto. No. Estos otros, necesitaba que también estuviera "despierto". Tiempo atrás. Imágenes que me costaban recordar. Tenía que coger rápidamente el boli y los papeles que dejaba en la mesita o en el suelo, para apuntralo todo antes de que se esfumaran para siempre. Eran ejercicios. Y siempre intentaba estar atento. Uno de ellos: Plano general: Estoy dentro de una sala inmaculada. Blanca. Parece que nadie haya intercambiado ni tan solo una mirada dentro. Aparece en una difuminación de intercalado una mesa con una mujer sentada en un extremo. No la conozco, pero su rostro me es hiperfamiliar. Está desnuda. Y apoya suavemente sus brazos en la mesa. Un hombre desnudo aparece al segundo sentado en el otro extremo. Ni un ruido. Sonido alguno. Respiración. La mesa cede su forma a mi imaginación y empieza a incrementar hasta hacerse inmensamente larga. Tanto ella como él quedan disipados por la distancia. Yo estoy pero no me veo. Pertenezco a los dos y a nadie. Para mi, están uno al lado del otro.  La mujer se retuerce. Su cuerpo se deforma y lucha por extraer, o más bien explusar, una forma geométrica del interior. De sus contracciones y por la forzada lucha los sonidos aparecen, arcáicos y de frecuencias muy bajas. Ensordecedoras en casi su amplitud de silencio. Ella abre la boca y mete sus dos brazos dentro, entre vómitos de color blanco, como una leche cuajada, saca una pantalla de ordenador. Lo deja en frente suyo con decisión y violencia y, vuelve a ponerse los brazos dentro de su boca. Esta vez le sucede el ordenador entero. CORTE. De repente todo el ordenador está enfrente del hombre. El mouse le sale del culo y tiene la conexión del ordenador desde el ombligo. El le escribe a ella: Lenguaje de ruleta rusa.
En una esquina hay la misma mujer vestida de putón rubia de bote mirando la escena, con el maquillaje corrido. Está fumando un cigarrillo. Se lo apagará en el brazo.

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